Los quistes del páncreas son sacos llenos de líquido dentro del páncreas. Su prevalencia es alta, es decir, ocurren con frecuencia, y son un motivo frecuente de consulta. Si bien en general son benignos, es importante entender adecuadamente qué son, qué los causa y cuándo es necesario ocuparse más activamente de ellos.
Los quistes del páncreas en su mayoría son benignos, aunque en algunos casos pueden ser cancerosos o volverse cancerosos. Los quistes pancreáticos pueden ocurrir también en el contexto de una pancreatitis (aunque solo se diagnostican de manera confiable 6 semanas después del episodio de pancreatitis aguda), de un trauma abdominal o incluso por causas desconocidas.
¿Cuáles son las causas y síntomas de los quistes del páncreas? ¿Cómo se diagnostican?
Habitualmente los quistes pancreáticos no se presentan con síntomas y suelen ser un hallazgo accidental al tomar imágenes de la región abdominal.
Si existe una hipótesis diagnóstica no confirmada de quistes pancreáticos, el diagnóstico puede ser corroborado mediante imágenes complementarias, enfocadas en dicha hipótesis, mediante un scanner (TAC), resonancia magnética, o procedimientos más específicos como una ecografía endoscópica o una colangiopancreatografía por resonancia magnética.
Cuando aparecen signos o síntomas de quistes del páncreas, comúnmente son los siguientes:
- Dolor abdominal persistente que se puede irradiar a la espalda.
- Náuseas y vómitos.
- Pérdida de peso.
- Saciedad con baja ingesta de alimentos.
Las complicaciones de los quistes también son infrecuentes, entre ellas están la infección del quiste y su ruptura.
En muchos casos la causa de los quistes del páncreas es desconocida, aunque se sabe que están asociados a pancreatitis o traumas en la zona abdominal. Por otra parte, el consumo excesivo de alcohol y los cálculos biliares son causas indirectas, ya que son factores de riesgo de la pancreatitis, y a su vez ésta es un factor de riesgo de los seudoquistes.
¿Qué tipos de quistes de páncreas existen? ¿Pueden ser malignos?
- Pseudoquistes: Son benignos, es decir, no son cancerosos y suelen ser consecuencia de una pancreatitis o de un traumatismo en la región abdominal.
- Cistoadenomas serosos: A diferencia de otros tumores del páncreas que forman quistes, las neoplasias quísticas serosas son casi siempre completamente benignas. Cuando se presentan con síntomas, suelen causar dolor abdominal y una sensación de saciedad.
- Quistes mucinosos: Suelen estar situados en el cuerpo o en la cola del páncreas y son más frecuentes en mujeres de mediana edad. El cistoadenoma mucinoso es precanceroso, e incluso los quistes más grandes pueden ya ser malignos al momento de la detección.
- Neoplasia mucinosa papilar intraductal o IPMN. Se presenta como un crecimiento en el conducto pancreático principal o en una de sus ramas laterales. Puede ser precancerosa o cancerosa y es más frecuente a partir de los 50 años. La indicación para tratar la neoplasia mucinosa papilar intraductal frecuentemente es la resección mediante cirugía.
- Neoplasias pseudopapilares sólidas. Son poco frecuentes, su ocurrencia se concentra en mujeres menores de 35 años. Pueden convertirse en cancerosas.
- Los tumores neuroendocrinos quísticos son mayormente sólidos, pero pueden exhibir similitudes con un quiste. Pueden ser precancerosos o cancerosos.
Evidentemente, aquellos quistes que presentan malignidad al momento del diagnóstico, son candidatos a resección quirúrgica inmediata.
La importancia del seguimiento a largo plazo
Como hemos visto, la mayoría de los quistes de páncreas son benignos y sus complicaciones, poco frecuentes. Sin embargo, algunos de ellos pueden evolucionar y transformarse en malignos, por lo tanto, el seguimiento a largo plazo es esencial para estar tranquilos, o, en caso contrario, removerlos precozmente.
Doctor Erwin Buckel
Cirujano de Páncreas, Hígado y Trasplante
Clínica Las Condes