Los tumores secundarios en el hígado son aquellos que aparecen como consecuencia de la “migración”, o metástasis, de un cáncer iniciado en otra parte del cuerpo. El tratamiento de un cáncer metastásico es, por lo general, más complejo que el de un cáncer primario focalizado. No obstante, el avance de las técnicas de diagnóstico y la aparición y consolidación de diversas alternativas de tratamiento, ha dado nuevas oportunidades de vencer al cáncer y tener una sobrevida larga y de calidad.
Existen muchos tipos de tumores. Un tumor, en general, es un crecimiento anormal de un grupo de células. Son llamados “malignos” cuando son cancerosos, y “benignos” cuando no lo son. Por otra parte, se denominan tumores “primarios” cuando son un foco inicial de cáncer, sin que exista la enfermedad en otra parte del cuerpo que lo ha originado, es decir, cuando no hay metástasis.
Los que no son primarios son llamados tumores secundarios, es decir, son producto de un cáncer original, en otra ubicación. Y es sobre estos últimos sobre los que hablaremos en el presente artículo.
En este mismo sitio podrás encontrar información sobre los tumores benignos de hígado y los tumores malignos primarios de hígado.
¿Qué es la metástasis?
La palabra metástasis viene del griego, y originalmente denota sólo cambio, o reubicación. La ciencia médica se ha apropiado y reinterpretado este significado original, aplicándolo en particular al proceso de propagación de un agente patógeno desde un sitio inicial o primario a un sitio diferente o secundario dentro del cuerpo.
En particular, el término metástasis se usa en medicina específicamente para referirse a la propagación del cáncer. Por esto se habla de tumores metastásicos o secundarios.
La metástasis es distinta de un cáncer invasivo, que es aquél que se extiende a los tejidos y órganos vecinos. En efecto, la metástasis del cáncer se caracteriza por la aparición de tumores secundarios en lugares no adyacentes al órgano inicialmente afectado, usando en muchos casos los vasos sanguíneos o linfáticos como vías de diseminación.
Si bien la neoplasia, es decir, la proliferación y crecimiento anormal y desorganizado de células se asocia comúnmente al cáncer, en realidad es un proceso patológico que es compartido con otras enfermedades más benignas, distintas del cáncer.
En cambio, la metástasis es una de las características patognomónicas (típicas, definitorias) del cáncer, que lo distingue de los tumores benignos. La mayoría de los cánceres pueden hacer metástasis, aunque en diversos grados.
Cuando las células tumorales hacen metástasis, el nuevo tumor se denomina tumor secundario o metastásico, y sus células son similares a las del tumor original o primario. Esto significa que si, por ejemplo, un cáncer primario en el colon hace metástasis al hígado, el tumor secundario, ubicado en el hígado, estará formado por células de colon anormales, no por células hepáticas anormales. En este caso, hablaremos de un cáncer de colon, o colorrectal, metastásico.
¿Cuáles son las metástasis más frecuentes en el hígado?
En el caso particular del cáncer de hígado, la mayoría de los casos son metástasis de otros tumores, más que cánceres primarios. Las formas en que el cáncer migra, o se metastatiza, no son aleatorias. En el caso de los tumores secundarios del hígado, hay “vías” u orígenes, más frecuentes.
Cánceres primarios del tracto gastrointestinal
La metástasis en el hígado proviene con mayor frecuencia de cánceres primarios del tracto gastrointestinal, como el cáncer de colon o colorrectal, tumores carcinoides principalmente de apéndice, etc.
En efecto, la mayoría de las metástasis hepáticas comienzan como cáncer en el colon o el recto. Por otra parte, hasta el 70 por ciento de las personas con cáncer colorrectal eventualmente desarrollan metástasis hepáticas. Esto sucede en parte porque el suministro de sangre de los intestinos está conectado directamente al hígado a través de un vaso sanguíneo llamado vena porta, y como vimos antes, una vía de diseminación de las células cancerosas es el sistema circulatorio.
Aunque es mucho menos común, las metástasis hepáticas también pueden comenzar como cáncer de mama, esófago, estómago, páncreas, pulmón, riñón, próstata y cáncer de piel.
Tumores neuroendocrinos
Un caso particular digno de mención es el de los tumores neuroendocrinos, que son cánceres que comienzan en células especializadas llamadas células neuroendocrinas.
Las células neuroendocrinas se distribuyen por todo el cuerpo y son como las células nerviosas (neuronas), pero también producen hormonas como las células del sistema endocrino (células endocrinas). Reciben señales del sistema nervioso y responden produciendo y liberando hormonas. Estas hormonas controlan muchas funciones corporales.
Los tumores neuroendocrinos son poco frecuentes y pueden aparecer en cualquier parte del cuerpo. La mayoría de los tumores neuroendocrinos aparecen en los pulmones, el apéndice, el intestino delgado, el recto y el páncreas. Son relevantes en el contexto del tema que nos ocupa, ya que el hígado es el sitio de diseminación más frecuente de las neoplasias neuroendocrinas.
¿Cuáles son los síntomas de los tumores secundarios del hígado?
Es posible que no haya síntomas en las primeras etapas de la metástasis hepática. En etapas más avanzadas, el cáncer puede hacer que el hígado se inflame y eventualmente obstruya el flujo normal de sangre y bilis. Cuando esto sucede, pueden aparecer los siguientes síntomas:
- Pérdida de apetito
- Pérdida de peso
- Orina de color oscuro
- Inflamación o distensión abdominal
- Ictericia, esto es, coloración amarillenta de la piel o el blanco de los ojos
- Dolor en el hombro derecho y/o en el abdomen superior derecho
- Náusea y vómitos
- Confusión
- Sudoración y fiebre
- Hígado agrandado: cuando el hígado está agrandado, se puede sentir un bulto en el lado derecho del abdomen debajo de la caja torácica.
Otros síntomas
Otros síntomas, que indican una condición más seria y que puede requerir consultar de forma urgente son:
- Vómitos persistentes, más de dos veces al día durante más de un día, y especialmente si aparece sangre en el vómito
- Pérdida de peso reciente, rápida y sin otra explicación
- Deposiciones negras
- Dificultad para tragar
- Inflamación súbita en las piernas o el abdomen
Debes consultar a tu médico de inmediato si presentas síntomas de metástasis hepática. Si alguna vez has tenido algún tipo de cáncer, debes visitar a tu médico con regularidad para hacerte chequeos.
¿Cómo se trata la metástasis en el hígado?
Recuerda que es esencial, para obtener un diagnóstico y tratamiento correcto, acudir a un especialista certificado y con experiencia. En el caso de que debas pasar por una cirugía, es importante ponerse en manos de un equipo quirúrgico que haya realizado estos procedimientos en una cantidad apreciable de casos. La cirugía oncológica hepática es compleja, y se requiere no sólo una subespecialización sólida, sino que poseer el respaldo de una práctica consistente. Si no estás totalmente seguro de la indicación de tu médico, busca una segunda opinión.
Los tumores secundarios son tratados en el contexto del cuadro general de un cáncer metastatizado, por lo que en muchos casos se recurrirá a tratamientos sistémicos como la quimioterapia o la radioterapia de cuerpo completo. Los tumores secundarios de hígado pueden ser removidos quirúrgicamente si los tumores no son muchos y afectan una parte no muy significativa del hígado.
En resumen
Los tumores secundarios en el hígado, o metástasis en el hígado, son el tipo más frecuente de cáncer en este órgano. Como en todo cáncer metastásico, se trata de una condición seria, que requiere de equipos médicos expertos y especializados. Aún así, los avances de la ciencia médica en el diagnóstico y tratamiento, han permitido mejorar las posibilidades de sobrevida de los pacientes que lo padecen.
Doctor Erwin Buckel
Cirujano de Páncreas, Hígado y Trasplante
Clínica Las Condes