El trasplante hepático o trasplante de hígado es el reemplazo de un hígado enfermo por el hígado sano de otra persona, ya sea un órgano proveniente de un donante vivo o cadavérico. En algunos casos es la mejor opción de tratamiento para la enfermedad hepática terminal y la insuficiencia hepática aguda.
El trasplante hepático es, en ciertos pacientes, la única opción no sólo de salvar la vida, sino de recuperar una vida razonablemente normal. No obstante, existen dos limitaciones fundamentales:
- Por una parte se trata de una cirugía de altísima complejidad, por lo tanto, los profesionales capacitados para realizarlo son escasos, tanto los cirujanos, como los anestesiólogos y médicos hepatólogos deben poseer una casuística significativa. También son acotados los centros hospitalarios en que puede realizarse.
- Por otra parte, la disponibilidad de órganos para trasplante es muy limitada, lo que lleva a la existencia de listas de espera, tema que trataremos más adelante con mayor detalle.
¿En qué casos es necesario un trasplante hepático?
El trasplante hepático es un tratamiento reservado a afecciones agudas o crónicas que causan una falla terminal en la función hepática irreversible y grave, que no puede ser tratada por otros medios. Por consiguiente, está reservado para circunstancias extremas y siempre es materia de una evaluación caso a caso.
Aun siendo el tratamiento indicado para muchas formas de enfermedad hepática terminal, la poca disponibilidad de donantes hace que la selección de casos sea un aspecto clave, que no sólo tiene consideraciones médicas, sino también éticas. La evaluación de la elegibilidad de un posible receptor para el trasplante y la priorización de los mismos, es realizada por un equipo multidisciplinario que incluye diferentes especialistas, y que puede ser materia de discusión en un comité ético médico. La priorización es necesaria dado que la cantidad de posibles receptores es siempre mayor que la disponibilidad de órganos para ser trasplantados.
¿Cómo se selecciona a los receptores?
Desde el punto de vista puramente médico, la evaluación considera si el paciente tiene una enfermedad hepática irreversible que se curará con un hígado nuevo. En consecuencia, aquellas personas con comorbilidad extrahepática (enfermedad presente fuera del hígado o que se ha extendido más allá del hígado) generalmente se consideran malos candidatos. Es el caso de:
- Cáncer de hígado avanzado, invasivo y/o metastatizado.
- Abuso activo de alcohol o sustancias.
- Enfermedad cardíaca y/o pulmonar.
Algunas de estas condiciones son reversibles, por lo que un paciente puede, mediante cambios de conducta o tratamientos complementarios, volverse un mejor candidato.
Trasplante hepático en niños
Existen casos en que la enfermedad hepática afecta a niños, el trasplante hepático en niños puede indicarse, entre otras, en las siguientes condiciones:
- Atresia biliar. Ésta es una enfermedad poco común del hígado y las vías biliares que se presenta en los recién nacidos y es la causa más frecuente de indicación de trasplante de hígado en niños.
- Cáncer de hígado y otros tumores de hígado.
- Insuficiencia hepática aguda por enfermedad autoinmune o por una sobredosis de medicamentos, como el paracetamol. Recordemos que diferentes medicamentos poseen diversas vías metabólicas, por lo que algunos fármacos pueden ser hepatotóxicos.
- Condiciones presentes al nacer, como el síndrome de Alagille o los trastornos colestásicos.
- Hepatitis viral.
- Hematocromatosis y Enfermedad de Wilson: Una acumulación de niveles anormalmente altos de hierro o cobre, respectivamente, en el cuerpo.
Trasplante hepático en adultos
En el caso de los pacientes adultos, se usa con más frecuencia para tratar la insuficiencia hepática crónica, es decir, aquella que ocurre gradualmente durante períodos de meses a años. No obstante, existen casos de insuficiencia hepática aguda en que el trasplante es la alternativa de elección.
La insuficiencia hepática crónica en adultos posee varias causas posibles. La causa más común de insuficiencia hepática crónica y de indicación de trasplante de hígado es la cirrosis hepática. Las principales causas de cirrosis que provocan insuficiencia hepática y por lo tanto conducentes al trasplante de hígado son:
- Hepatitis B y C.
- Enfermedad hepática alcohólica debido al consumo excesivo de alcohol.
- Hígado graso no alcohólico.
- Enfermedades que afectan la vía biliar, como la cirrosis biliar primaria y la colangitis esclerosante primaria.
- Cánceres de hígado. Puedes revisar en este mismo sitio los artículos que hemos dedicado a los tumores malignos primarios y secundarios de hígado.
Trasplante de hígado con donante vivo
El trasplante de hígado de donante vivo ha surgido en las últimas décadas como una opción quirúrgica válida. Esto es posible gracias a la capacidad regenerativa del hígado humano, y se ha vuelto necesario dada la escasez generalizada de donantes cadáver.
El trasplante de hígado con donante vivo consiste en extraer quirúrgicamente un trozo de hígado sano de una persona viva, el que se trasplanta a un receptor, inmediatamente después de que el hígado enfermo del receptor se haya eliminado por completo.
Si bien es más exigente desde el punto de vista técnico que el trasplante de hígado de donante cadáver, la evidencia disponible muestra que sus resultados son mejores.
¿Qué es la lista de espera de trasplantes en Chile?
Es una base de datos priorizada, integrada por aquellas personas que esperan por un trasplante de órganos, por ejemplo de hígado, basada en criterios y estándares internacionalmente validados y consensuados en Chile. En la definición y validación de estos criterios participan el Instituto de Salud Pública, la Coordinación Nacional de Trasplantes y equipos de trasplante acreditados públicos y privados.
Las listas de espera son coordinadas y priorizadas a nivel nacional por el ISP. Puede ingresar a la lista de espera toda persona que cumpla los criterios de elegibilidad. La solicitud de ingreso o retiro de una persona a/de una lista de espera es realizada por los equipos de trasplante locales.
La lista de espera es única a nivel nacional y comprende tanto al sistema de salud público como privado. A febrero de 2021, figuraban 144 personas en la lista de espera para trasplante de hígado, siendo la segunda lista más larga, después de la de riñón.
¿Qué ocurre después del trasplante hepático?
La sobrevida a 5 años de los pacientes de trasplante hepático es en promedio de alrededor de 75%. Dado el nivel de enfermedad existente previo al trasplante, esto puede considerarse un excelente resultado. En el caso de los trasplantes exitosos, un adecuado seguimiento y la adopción de un estilo de vida según las indicaciones médicas, puede proveer una calidad de vida altamente funcional y plena. La rehabilitación en el período inmediatamente postquirúrgico y en el mediano plazo, es de gran importancia.
En el período posterior a la cirugía, deberán emplearse siempre fármacos inmunosupresores. Los tratamientos farmacológicos inmunosupresores para todos los trasplantes de órganos sólidos son bastante similares y en los últimos años ha aparecido una gran variedad de agentes.
El trasplante de hígado es único en el sentido de que el riesgo de rechazo crónico disminuye con el tiempo, al punto que algunos receptores podrían incluso dejar de usar inmunosupresores en algún momento de sus vidas. En ciertos casos, es posible retirar lentamente la medicación antirrechazo. Con todo, el uso de terapia inmunosupresora no es impedimento para una buena calidad de vida.
Doctor Erwin Buckel G.
Cirujano de Páncreas, Hígado y Trasplante
Clínica Las Condes